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Lorenzo, Santo |
Díacono y Mártir
Martirologio Romano: Fiesta de san Lorenzo, diácono y
mártir, que deseó ardientemente acompañar al papa Sixto II en
su martirio. Según cuenta san León Magno, recibió del tirano
la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, y
él, burlándose, le presentó a los pobres en cuyo sustento
y abrigo había gastado abundantes riquezas. Por la fe de
Cristo, tres días más tarde superó el tormento del fuego,
y el instrumento de su tortura se convirtió en distintivo
de su triunfo, siendo enterrado su cuerpo en el cementerio
de Campo Verano, que desde entonces fue llamado con su
nombre (258).
San Lorenzo (mártir), uno
de los diáconos de la iglesia romana, fue una de
las víctimas de la persecución de Valeriano en el año
258, al igual que lo fueron el Papa Sixto II
y muchos otros clérigos romanos. A comienzos del mes de
agosto del año 258, el emperador emitió un edicto ordenando
matar inmediatamente a todos los obispos, curas y diáconos ("episcopi
et presbyteriet diacones incontinenti animadvertantur" -- Cipriano, Epist. lxxx, 1).
Esta orden imperial se ejecuto inmediatamente en Roma. El 6
de agosto, el Papa Sixto II fue capturado en una
catacumba y ejecutado de inmediato ("Xistum in cimiterio animadversum sciatis
VIII id. Augusti et cum eo diacones quattuor." Cipriano, ep.
lxxx, 1). Otros dos diáconos, Felicísimo y Agapito, fueron ejecutados
el mismo día.
En el calendario romano de fiestas del
siglo IV su fiesta coincide con dicha fecha. Cuatro días
más tarde, el 10 de agosto del mismo año, Lorenzo,
el último de los siete diáconos, también sufrió la muerte
de un mártir. La muerte de este santo mártir es
en esa fecha según el calendario de Filocalo para el
año 354.
Este almanaque es un inventario de las principales
fiestas de los mártires romanos de mitad del siglo IV;
también menciona la calle donde se encontraría su tumba, la
Vía Tiburtina ("III id. Aug. Laurentii in Tibertina"; Ruinart, "Acta
sincera", Ratisbona, 1859, 632). Los itinerarios de las tumbas de
los mártires romanos, como se dieron a conocer en el
siglo VII, mencionan que este mártir fue enterrado en la
Catacumba de Ciriaca en agro Verano (De Rossi, "Roma Sott.",
I, 178).
Desde el siglo IV, San Lorenzo ha sido
uno de los mártires más venerados de la iglesia romana.
Constantino el Grande fue el primero en erigir un pequeño
oratorio sobre el lugar donde fue enterrado. El Papa Pelagio
II (579-90) amplió y embelleció el lugar. El Papa Sixto
III (432-40) construyó, en la cima de la colina donde
fue enterrado, una gran basílica de tres naves cuyo ábside
está apoyado en la vieja iglesia. En el siglo XIII,
el Papa Honorio III convirtió los edificios en uno y
así es como se encuentra la Basílica de San Lorenzo
hoy en día. El Papa San Dámaso (366-84) escribió un
panegírico en verso que se grabó en mármol y se
colocó sobre su tumba. Dos contemporáneos de este Papa, San
Ambrosio de Milán y el poeta Prudencio, dieron detalles concretos
sobre la muerte de San Lorenzo. Ambrosio relata (De officiis
min. Xxviii) cuando se le preguntó a San Lorenzo por
los tesoros de la Iglesia, este, hizo comparecer a
los pobres entre los que, en lugar de darles limosna,
había repartido el tesoro; también contó que cuando se llevaban
al Papa Sixto II para ejecutarlo, éste reconfortó a San
Lorenzo que deseaba compartir su martirio, diciéndole que le seguiría
en tres días. El santo Obispo de Milán también explica
que San Lorenzo fue quemado hasta la muerte en una
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Lorenzo, Santo |
parrilla de hierro (De offic., xli). De igual manera, pero
con más detalles poéticos, Prudencio describe el martirio del diácono
romano en su himno a San Lorenzo ("Peristephanon", Hymnus II).
El encuentro entre San Lorenzo y el Papa Sixto II,
cuando éste último iba a ser ejecutado, según el relato
de San Ambrosio, no es compatible con los informes contemporáneos
sobre la persecución de Valeriano. La forma en que fue
ejecutado –quemado en una parrilla de hierro al rojo vivo—también
hace surgir importantes dudas. Las narraciones de Ambrosio y Prudencio
se basan más en la tradición oral que en escritos.
Es bastante posible que entre el año 258 y el
final del siglo IV surgieran leyendas populares sobre esté diácono
romano tan venerado y que algunas de esas historias hayan
sido preservadas por estos dos autores. En cualquier caso, nosotros
carecemos de medios para verificar en fuentes anteriores los detalles
que derivan de San Ambrosio y Prudencio, o para establecer
hasta que punto esos detalles se basan en la tradición
histórica anterior. Probablemente, a principios del siglo VI se crearon
otras versiones más completas sobre el martirio de San Lorenzo,
y en estas narraciones muchos de los mártires de la
Vía Tiburtina y de las dos Catacumbas de San Ciriaca
en agro Verano y San Hipólito estaban relacionados de una
forma romántica y totalmente legendaria.
Los detalles que se dan
en estas Actas sobre el martirio de San Lorenzo y
su actividad antes de su muerte carecen de credibilidad. Sin
embargo, a pesar de las críticas a las últimas versiones
de su martirio, no cabe duda de que San Lorenzo
fuera un personaje histórico real ni de que el diácono
fue martirizado; tampoco existen dudas sobre el lugar donde ocurrió
ni sobre la fecha de su entierro. El Papa Dámaso
construyó una basílica en Roma dedicada a San Lorenzo; ésta
es la iglesia conocida como San Lorenzo en Dámaso. La
iglesia de San Lorenzo en Lucina, también dedicada a este
santo, aún existe. El día de San Lorenzo sigue siendo
el 10 de agosto (fecha de su muerte). Aparece dibujado
con la parrilla de hierro en la que se supone
que fue asado hasta la muerte.
San Lorenzo Mártir |
Por El Greco |
Diácono y mártir |
Nacimiento |
c.10 agosto 225
Huesca o Valencia (Hispania) |
Fallecimiento |
10 de agosto de 258
Roma |
Venerado en |
Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa, Comunión Anglicana, el luteranismo y las demás. |
Principal Santuario |
Basílica de San Lorenzo Extramuros |
Festividad |
10 de agosto |
Atributos |
Llevando una parrilla y vistiendo una dalmática, a veces también se le representa con la palma del martirio y el libro de los Evangelios. |
Patronazgo |
Huesca,
Arnuid (Orense),
San Lorenzo de El Escorial (Madrid) ,
Benirredrà (Valencia),
Benillup (Alicante),
Busot (Alicante),
Donhierro (Segovia),
Hoyos (Cáceres),
Ibahernando (Cáceres),
Ezcaray (La Rioja),
Canadá,
Matara,(Perú)
Huesca,
Roma,
Chaguaramas (Edo. Guárico,Venezuela),
Rotterdam,
Sri Lanka Vinces (provincia de Los Ríos, Ecuador) Jipijapa (provincia de Manabí, Ecuador) San Lorenzo de Tarapacá(Chile),
San Lorenzo(Paraguay),
de los bibliotecarios,
cocineros,
comediantes,
curtidores,
diáconos,
estudiantes,
mineros. |
San Lorenzo fue uno de los siete diáconos de Roma, ciudad donde fue martirizado en una parrilla en 258. En latín se llamaba Laurentius (‘laureado’). Los Actos de san Lorenzo se perdieron en la época de Agustín de Hipona, quien en uno de sus sermones acerca del santo (Sermo 302, de Sancto Laurent)
admite que su narración no provenía de recitar las Actas del santo
(como solía hacer Agustín en sus sermones) sino de la tradición oral.
Esa tradición sitúa el nacimiento de Lorenzo de Roma en Huesca, en la Hispania Tarraconensis, aunque también podría ser originario de Valencia, donde sus padres habrían residido un corto espacio de tiempo, viniendo a nacer el santo en esta ciudad. Cuando en 257 Sixto fue nombrado papa, Lorenzo fue ordenado diácono,
y encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los
pobres. Por esta labor, es considerado uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, y es el patrón de los bibliotecarios.
El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución el que prohibía el culto cristiano
y las reuniones en los cementerios. Muchos sacerdotes y obispos fueron
condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la
nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.
Víctimas de las persecuciones de Valeriano destacan los Papas San Esteban I, degollado sobre la misma silla pontificia; y Sixto II decapitado el 6 de agosto del 258. Obispos como Cipriano de Cartago, decapitado en el Norte de África. Diáconos como Agapito, o el popular San Lorenzo: una leyenda citada por san Ambrosio de Milán
dice que Lorenzo se encontró con Sixto en su camino al martirio, y que
le preguntó: «¿A dónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿A dónde te
apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de
sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?», a lo
que el papa profetizó: «En tres días tú me seguirás».
Lorenzo y la leyenda del santo Grial
La leyenda dice que entre los tesoros de la Iglesia confiados a Lorenzo se encontraba el Santo Grial (la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena)
y que consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario,
donde fue escondido y olvidado durante siglos. Los padres de Lorenzo,
santos Orencio y Paciencia, sí serían de Huesca, y habrían llegado a la
ciudad de Valencia por motivo de las persecuciones.
Según la "Vida y martirio de san Lorenzo", apócrifo del s. XVII supuestamente basado en la obra del monje Donato (s. VI), el papa Sixto II le entregó el santo cáliz
junto a otras reliquias, para que las pusiera a salvo. En la cueva
romana de Hepociana, Lorenzo acudió a una reunión de cristianos
presidida por el presbítero Justino. Allí halló a un condiscípulo y
compatriota hispano, llamado Precelio, originario de Hippo (la moderna Toledo),
en Carpetania, a quién entregó varias reliquias, entre ellas el santo
cáliz, con el encargo de que las llevara a la familia que le quedaba en
Huesca (sus padres vivían en Roma). Precelio llevó las reliquias a los
tíos y primos de Lorenzo en Huesca
que las escondieron, perdiéndose la pista, aunque algunas tradiciones
afirman que el santo cáliz fue depositado en la iglesia de san Pedro de
la localidad, de donde sería puesto a salvo por el obispo Acilso cuando
huyó en 711 ante el avance de los musulmanes, para esconderse en los
Pirineos. 1
Las riquezas de la Iglesia
Aprovechando el reciente asesinato del papa, el alcalde de Roma, que
era un pagano muy amigo de conseguir dinero, ordenó a Lorenzo que
entregara las riquezas de la Iglesia. Lorenzo entonces pidió tres días
para poder recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los
pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados,
ciegos y leprosos que él ayudaba. Al tercer día, compareció ante el
prefecto, y le presentó a éste los pobres y enfermos que él mismo había
congregado y le dijo que ésos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia.
El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y
perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás
lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».
Martirio
Lorenzo fue quemado vivo en una hoguera, concretamente en una parrilla, cerca del Campo de verano, en Roma. Se dice que en medio del martirio, exclamó: Assum est, inqüit, versa et manduca
(Traducción: Asado está, parece, da la vuelta y come. Traducción
aproximada: Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho). Su santo se celebra el 10 de agosto, día en el cual según la tradición recibió martirio. Lorenzo fue enterrado en la Via Tiburtina, en las catacumbas de Ciriaca, por Hipólito de Roma y el presbítero (sacerdote) Justino. Se dice que Constantino I el Grande
mandó construir un pequeño oratorio en honor del mártir, que se
convirtió en punto de parada en los itinerarios de peregrinación a las
tumbas de los mártires romanos en el siglo VII.
Un siglo más tarde, el papa Dámaso I ( 366- 384) reconstruyó la iglesia, hoy en día conocida como Basilica di San Lorenzo fuori le Mura, mientras que la iglesia de San Lorenzo in Panisperna se alza sobre el lugar de su martirio. En el siglo XII, el papa Pascual II ( 1099- 1118) dijo que la parrilla usada en el martirio fue guardada en la iglesia de San Lorenzo de Lucina.
Veneración
Martirio de San Lorenzo (11 cm de diámetro), obra juvenil de Goya.
Lorenzo es uno de los santos más ampliamente venerados por la Iglesia
Católica Romana. Su martirio ocurrió muy temprano en la historia de la
Iglesia, por lo cual muchas otras tradiciones cristianas lo honran
también.
El 10 de agosto el relicario que contiene su cabeza quemada es expuesto en el Vaticano para recibir veneración. En la Comunidad de Madrid se encuentra el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, construido por Felipe II para conmemorar la victoria de San Quintín el 10 de agosto de 1557,
agradeciéndosela a la protección del mártir San Lorenzo. Para ello,
hizo construir el monasterio con forma de parrilla, por haber sido el
instrumento de su martirio. San Lorenzo aparece en el Decamerón (de Giovanni Boccaccio) en el cuento 6. 10, donde un fraile utiliza la veneración del santo para escapar de una situación embarazosa.
Huesca:
Las Fiestas de San Lorenzo, están dedicadas al patrón de la ciudad, son
celebradas del día 9 - 15 de agosto (el día 10 es el homenaje a la
muerte de San Lorenzo).
Ezcaray ( La Rioja): Patrón de la localidad, cuyas fiestas se celebran en los días del 9 de agosto en adelante, siendo el día 10 el principal.
Ibahernando (Cáceres): Patrón de esta población extremeña, se celebran las fiestas el 10 de agosto.
Véase también
Lágrimas de San Lorenzo ( Perseidas).
Referencias
Enlaces externos
Año 258
Señor
Dios: Tú le concediste a este mártir un valor impresionante
para soportar sufrimientos por tu amor, y una generosidad
total en favor de los necesitados. Haz que esas dos
cualidades
las sigamos teniendo todos en tu Santa Iglesia:
generosidad inmensa para repartir nuestros bienes entre los
pobres,
y constancia heroica para soportar los males y
dolores que tú permites que nos lleguen.
Su
nombre significa: "coronado de laurel".
Los
datos acerca de este santo los ha narrado San Ambrosio, San Agustín y el
poeta Prudencio.
Lorenzo
era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los siete hombres de
confianza del Sumo Pontíice. Su oficio era de gran responsabilidad, pues
estaba encargado de distribuir las ayudas a los pobres.
En
el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de persecución en
el cual ordenaba que todo el que se declarara cristiano sería condenado a
muerte. El 6 de agosto el Papa San Sixto estaba celebrando la santa Misa
en un cementerio de Roma cuando fue asesinado junto con cuatro de sus
diáconos por la policía del emperador. Cuatro días después fue
martirizado su diácono San Lorenzo.
La
antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que la Sumo Pontífice lo
iban a matar le dijo: "Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu
diácono?" y San Sixto le respondió: "Hijo mío, dentro de
pocos días me seguirás". Lorenzo se alegró mucho al saber que
pronto iría a gozar de la gloria de Dios.
Entonces
Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todos los dineros y demás
bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los pobres. Y
vendió los cálices de oro, copones y candeleros valiosos, y el dinero lo
dio a las gentes más necesitadas.
El
alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, llamó a
Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos emplean cálices
y patenas de oro en sus sacrificios, y que en sus celebraciones tienen
candeleros muy valiosos. Vaya, recoga todos los tesoros de la Iglesia y me
los trae, porque el emperador necesita dinero para costear una guerra que
va a empezar".
Lorenzo
le pidió que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros
de la Iglesia, y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados,
mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que
él ayudaba con sus limosnas. Y al tercer día los hizo formar en filas, y
mandó llamar al alcalde diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los
tesoros de la iglesia. Le aseguro que son más valiosos que los que posee
el emperador".
Llegó
el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver
semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó enormemente,
pero Lorenzo le dijo: "¿por qué se disgusta? ¡Estos son los
tesoros más apreciados de la iglesia de Cristo!"
El
alcalde lleno de rabia le dijo: "Pues ahora lo mando matar, pero no
crea que va a morir instantáneamente. Lo haré morir poco a poco para que
padezca todo lo que nunca se había imaginado. Ya que tiene tantos deseos
de ser mártir, lo martirizaré horriblemente".
Y
encendieron una parrilla de hierro y ahí acostaron al diácono Lorenzo. San
Agustín dice que el gran deseo que el mártir tenía de ir junto a Cristo
le hacía no darle importancia a los dolores de esa tortura.
Los
cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un esplendor
hermosísismo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo quemaban.
Los paganos ni veían ni sentían nada de eso.
Después
de un rato de estarse quemando en la parrilla ardiendo el mártir dijo al
juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro
lado para quedar asado por completo". El verdugo mandó que lo voltearan
y así se quemó por completo. Cuando sintió que ya estaba completamente
asado exclamó: "La carne ya está lista, pueden comer". Y con una
tranquilidad que nadie había imaginado rezó por la conversión de Roma y
la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, y exhaló su
último suspiro. Era el 10 de agosto del año 258.
El
poeta Pruedencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió mucho para
la conversión de Roma porque la vista del valor y constancia de este
gran hombre convirtió a varios senadores y desde ese día la idolatía
empezó a disminuir en la ciudad.
San
Agustín afirma que Dios obró muchos milagros en Roma en favor de los que
se encomendaban a San Lorenzo.
El
santo padre mandó construirle una hermosa Basílica en Roma, siendo la
Basílica de San Lorenzo la quinta en importancia en la Ciudad Eterna.
San Lorenzo, Diácono y Mártir
10 de Agosto
Su nombre significa: "coronado de laurel".
Los datos acerca de este santo los ha narrado San Ambrosio, San Agustín y el poeta Prudencio.
Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los
siete hombres de confianza del Sumo Pontífice. Su oficio era de gran
responsabilidad, pues estaba encargado de distribuir las ayudas a los
pobres.
En el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de
persecución en el cual ordenaba que todo el que se declarara cristiano
sería condenado a muerte. El 6 de agosto el Papa San Sixto estaba
celebrando la santa Misa en un cementerio de Roma cuando fue asesinado
junto con cuatro de sus diáconos por la policía del emperador. Cuatro
días después fue martirizado su diácono San Lorenzo.
La antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que la Sumo
Pontífice lo iban a matar le dijo: "Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu
diácono?" y San Sixto le respondió: "Hijo mío, dentro de pocos días me
seguirás". Lorenzo se alegró mucho al saber que pronto iría a gozar de
la gloria de Dios.
Entonces Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todos
los dineros y demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió
entre los pobres. Y vendió los cálices de oro, copones y candeleros
valiosos, y el dinero lo dio a las gentes más necesitadas.
El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir
dinero, llamó a Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos
emplean cálices y patenas de oro en sus sacrificios, y que en sus
celebraciones tienen candeleros muy valiosos. Vaya, recoja todos los
tesoros de la Iglesia y me los trae, porque el emperador necesita dinero
para costear una guerra que va a empezar".
Lorenzo le pidió que le diera tres días de plazo para reunir
todos los tesoros de la Iglesia, y en esos días fue invitando a todos
los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados,
ciegos y leprosos que él ayudaba con sus limosnas. Y al tercer día los
hizo formar en filas, y mandó llamar al alcalde diciéndole: "Ya tengo
reunidos todos los tesoros de la iglesia. Le aseguro que son más
valiosos que los que posee el emperador".
Llegó el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y
al ver semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó
enormemente, pero Lorenzo le dijo: "¿por qué se disgusta? ¡Estos son los
tesoros más apreciados de la iglesia de Cristo!"
El alcalde lleno de rabia le dijo: "Pues ahora lo mando matar,
pero no crea que va a morir instantáneamente. Lo haré morir poco a poco
para que padezca todo lo que nunca se había imaginado. Ya que tiene
tantos deseos de ser mártir, lo martirizaré horriblemente".
Y encendieron una parrilla de hierro y ahí acostaron al diácono
Lorenzo. San Agustín dice que el gran deseo que el mártir tenía de ir
junto a Cristo le hacía no darle importancia a los dolores de esa
tortura.
Los cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un
esplendor hermosísimo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo
quemaban. Los paganos ni veían ni sentían nada de eso.
Después de un rato de estarse quemando en la parrilla ardiendo
el mártir dijo al juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me
vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". El verdugo
mandó que lo voltearan y así se quemó por completo. Cuando sintió que ya
estaba completamente asado exclamó: "La carne ya está lista, pueden
comer". Y con una tranquilidad que nadie había imaginado rezó por la
conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el
mundo, y exhaló su último suspiro. Era el 10 de agosto del año 258.
El poeta Prudencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió
mucho para la conversión de Roma porque la vista del valor y constancia
de este gran hombre convirtió a varios senadores y desde ese día la
idolatría empezó a disminuir en la ciudad.
San Agustín afirma que Dios obró muchos milagros en Roma en favor de los que se encomendaban a San Lorenzo.
El santo padre mandó construirle una hermosa Basílica en Roma,
siendo la Basílica de San Lorenzo la quinta en importancia en la Ciudad
Eterna.
SAN LORENZO, mártir (+ 258)
-"<¿A donde vas, oh padre, sin tu hijo? ¿A donde, oh sacerdote, sin tu diácono?".
-"Hijo mío, respondió el Pontífice, no creas que te abandono.
Mayores son los combates que a ti te aguardan. No llores; la separación
será solo de tres días".
Este fiel servidor y diacono amante era San Lorenzo, que había
nacido en Huesca y ahora formaba parte de los siete diáconos que la
Iglesia de Roma había elegido entre los prohombres de la ciudad
cristiana para encargarse de la asistencia a los pobres. Lorenzo era la
persona de confianza del Papa Sixto y el que mas influía en la
cristiandad después de el.
San Lorenzo es, sin duda, uno de los mártires más famosos de la
antigüedad y uno de los que mejor se conocen los detalles de su
martirio. Es desconocida su vida en muchos de los detalles de su
juventud, pero a cambio conocemos interesantes pormenores de su
martirio. Los historiadores y artistas nos han legado unas paginas
emocionantes de sus últimos años que son el broche de oro de aquella que
hubo de ser maravillosa vida entregada al amor de Jesucristo y de su
Iglesia manifestada en sus hermanos los cristianos.
España ya había sido generosa en su amor a Jesucristo, pues ya
en varias partes de la Península valientes cristianos habían derramado
su sangre por confesar valientemente su fe. Ahora le tocaría la suerte a
este español pero en suelo romano. ¿Cómo había llegado hasta Roma
Lorenzo y había escalado el puesto mas elevado y de mayor confianza del
Romano Pontífice? Aurelio Prudencio, en su cántico a los mártires,
Peristephanon, Las coronas, canta así la vida sencilla y por otra parte
sublime de Lorenzo: "Era el primero de los siete varones que se
agrupaban junto al ara; grande en el grado levítico y más noble que sus
compañeros. El tenía las llaves de las cosas sagradas; presidía el
arcano de la clase celeste, y gobernando como fiel custodio, dispensaba
las riquezas de Dios".
Él era llamado sencillamente "el Diacono del Papa".
La situación de Roma en estos días era caótica. San Cipriano
dice: "En Roma los prefectos se ocupan diariamente en la persecución,
condenando a muerte a los que son conducidos delante de ellos y
apoderándose de sus bienes".
Los paganos creían que los cristianos eran muy ricos y solo
ansiaban apoderarse de sus riquezas. Tertuliano decía con su
característica dureza: "El dinero que a vosotros los paganos os divide,
es para nosotros los cristianos un lazo de unión. Como estamos unidos
con toda la sinceridad del alma, no vacilamos en poner nuestras bolsas a
disposición de todos".
Pocas horas después del martirio de su Obispo San Sixto,
cogieron preso a Lorenzo para ver si podían sacarle las supuestas
riquezas de la Iglesia. El Prefecto Cornelio Secularis le dice: "Quiero
que me presentes lo que tu debieras darme espontáneamente: El pueblo, el
fisco, pide vuestras riquezas, que he oído que son inmensas". "Si,
somos inmensamente ricos, le dice Lorenzo. Yo te prometo entregarte todo
para el Imperio. Ven mañana y lo tendrás". Mientras, hace presentarse a
los pobres, enfermos, lisiados, etc... en una explanada. Le llama y le
dice: "Estos son nuestros tesoros. Tomadlos". Y enfurecido el Prefecto
le dice: "Pagaras esta burla como te mereces". Y mando que preparasen un
horno encendido y que fuera asado en el como un animal. Y el valiente
confesor de Jesucristo le dice: "Ya estoy asado por esta parte, dadme la
vuelta y comed".
Momentos antes de su martirio había pronosticado: "Veo un
Príncipe futuro que cerrara los templos paganos"... Uno años después era
una realidad la paz y libertad para la Iglesia. La sangre de Lorenzo y
de tantos otros mártires no habla sido infecunda.
Era San Lorenzo uno de los siete diáconos de la Iglesia de Roma,
cargo que gran responsabilidad, ya que consistía en el cuidado de los
bienes de la Iglesia y la distribución de limosnas a los pobres. El año
257, el emperador Valeriano publicó el edicto de persecución contra los
cristianos y, al año siguiente, fue arrestado y decapitado el Papa san
Sixto II, San Lorenzo le siguió en el martirio cuatro días después.
Según las tradiciones cuando el Papa San Sixto se dirigía al sitio de la
ejecución, San Lorenzo iba junto a él y lloraba. ¿”Adónde vas sin tu
diácono, padre mío? ", le preguntaba. El Pontífice respondió: "No
pienses que te abandono, hijo mío, pues dentro de tres días me
seguirás".
San Agustín dice que el gran deseo que tenía San Lorenzo de
unirse a Cristo, le hizo olvidar las exigencias de la totura. También
afirma que Dios obró muchos milagros en Roma por intercesión de San
Lorenzo. Este santo ha sido, desde el siglo IV, uno de los mártires más
venerados y su nombre aparece en el canon de la misa. Fue sepultado en
el cementerio de Ciriaca, en Agro Verano, sobre la Vía Tiburtina.
Constantino erigió la primera capilla en el sitio que ocupa actualmente
la iglesia de San Lorenzo extra muros, que es la quinta basílica
patriarcal de Roma.
BREVE HISTORIA DE NUESTRO SANTO PATRÓN
San Lorenzo, Diácono y Mártir, 10 de Agosto.
Fiesta patronal y mayor de nuestro pueblo.
Su nombre significa: "Coronado de laurel".
Latín: Laurel, laureado.
Fundó la orden de La Merced.
Los datos acerca de nuestro santo nos llegan de la mano de los padres de la Iglesia San Agustín y San Ambrosio:
Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, uno de los siete
hombres de confianza del Papa Sixto II, quien le nombró administrador de
los bienes de la Iglesia y distribución de las ayudas a los pobres y
necesitados.
Corría el año 258; el emperador romano Valeriano publicó un
decreto en el cual ordenaba la persecución de los cristianos
condenándolos a muerte.
El seis de agosto el Papa Sixto II cuando celebraba misa en un
cementerio de Roma fue asesinado junto a cuatro de sus diáconos por las
huestes del emperador. Cuatro días después fue asesinado el diácono
Lorenzo.
Nota a destacar es la salida que da a la importunación con que
le molestaban y asediaban para que entregara los bienes y tesoros de la
Iglesia. Pidió tres días de tiempo para poderlos recoger; y tras ellos
reunió a un gran número de pobres, huérfanos y necesitados; y los
presentó al tirano como depositarios de dichos bienes.
Fue brutalmente torturado y asado en una parrilla y según
cuenta la tradición en medio del martirio dirigiéndose a sus verdugos
les dijo: "Podéis darme la vuelta, que por este lado ya estoy asado."
Como mártir que fue, la iconografía representa su imagen con una
palma en la mano y también aparece una parrilla, instrumento propio de
su martirio. ..
Que San Lorenzo fuera español, no parece que haya duda, después
de los muchos trabajos aparecidos para probarlo. También parece cierto
que nació en Huesca y que fueron sus padres Orencio y Prudencia. Por
este motivo es también patrón de esta ciudad.
El Poeta Prudencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió de
mucho para la conversión de Roma porque a la vista del valor y
tenacidad de este gran hombre hizo que se convirtieran varios senadores y
desde ese día la idolatría empezó a disminuir en la ciudad.
Afirma San Agustín que Dios obró muchos milagros en Roma en
favor de los que se encomendaban a nuestro santo. También dice que el
gran deseo que tenía San Lorenzo de unirse a Cristo, le hizo olvidar las
exigencias de la tortura. Este santo ha sido, desde el siglo IV, uno
de los mártires más venerados y su nombre aparece en el canon de la
misa. Fue sepultado en el cementerio de Ciriaca, en Agro Verano, sobre
la Vía Tiburtina.
El Papa mandó construirle una gran basílica en la ciudad, siendo
la Basílica de San Lorenzo la quinta en importancia en la Ciudad
Eterna. Son muchas también las iglesias y catedrales en el mundo
dedicadas a nuestro santo; y muchos los pueblos y ciudades que lo tienen
como patrono. |
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Oración a San Lorenzo
Señor, que fortaleciste al diácono San Lorenzo
para que resistiera los tormentos
y diera testimonio de Ti.
Te pedimos por su intercesión
nos concedas proclamar Tu Nombre
con firmeza y valentía
y así seamos dignos
de entrar en tu morada eterna.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Diácono, Mártir + 258 Fiesta: 10 de Agosto
Tres
días después del martirio del Papa San Sixtus II (7 de agosto) a quién
servía, San Lorenzo también llegó a la gloria del martirio.
Según la tradición, fue azado vivo sobre una parrilla.
San Lorenzo ha sido venerado tanto en el Oriente como en el Occidente como el más conocido de los diáconos romanos.
De
el escribieron los santos Ambrosio, León el Grande, Agustín y otros.
Por lo que es evidente que su martirio impresionó profundamente a la
Iglesia y fue utilizado por Dios como una gran inspiración a la
santidad. Según Prudencio, su muerte fue la muerte de la idolatría
romana, que desde entonces declinó.
Fue enterrado en la Via Tiburtina, en el Campus Veranus donde hoy se encuentra la basílica en su honor.
Su nombre se menciona en la primera plegaria Eucarística.
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