miércoles, 2 de enero de 2013

Beato Marcolino Amanni, religioso presbítero

 
fecha: 2 de enero
fecha en el calendario anterior: 24 de enero
n.: 1317 - †: 1397 - país:Italia
canonización:Conf. Culto: Benedicto XIV 9 may 1750
En Forlí, en la Emilia, beato Marcolino Amanni, presbítero de la Orden de Predicadores, que, en el silencio y la soledad, dedicó con gran sencillez toda su vida al servicio de los pobres y de los niños.

El 1300 fue un período de decadencia para la Orden Dominicana, así como también para las demás. La principal causa fue la peste negra, que en conventos y monasterios cobraba incontables víctimas, dejando aterrorizados y desanimados a los pocos sobrevivientes, y abriendo los cerrojos de la indisciplina y el desorden. No faltaron, sin embargo, religiosos santos y fervientes que supieron oponerse eficazmente a la relajación general. Bajo el soplo inspirador de santa Catalina de Siena, el beato Raimundo de Capua, apenas elegido General en 1380, reunió a todas las almas de buena voluntad para reavivar el jardín plantado por santo Domingo. Entre los muchos que respondieron a su llamada, brilla por su encantadora humildad Marcolino Amanni.

Vistió el hábito santo en su ciudad natal de Forlì, con sólo diez años, iluminado por un fervor superior a su muy tierna edad. El pequeño novicio fue pronto señalado como modelo de todas las virtudes, pero el ala que tan rápidamente hizo ascender su alma angelical fue la búsqueda constante de Dios en la oración y el recogimiento. Y el Señor se dejó encontrar en una oración sublime que le hizo vivir más en el cielo que en la tierra: sólo el campanilleo de la elevación, en la consagración, durante la misa, lo rescataba de sus éxtasis. No brilló ni en la cátedra ni en el púlpito. Su acción fue silenciosa y oculta. Regla viviente, predicó con el ejemplo luminoso de la vida cotidiana, representando aquella abundancia de vida interior que, según el pensamiento de Domingo, debe ser la fuente viva de la predicación apostólica. El único adorno de su celda era una pintura de la Virgen, por quien siempre tuvo una especial devoción. Murió en 1397. Su cuerpo descansa en la catedral de Forlí. Su culto fue confirmado por el papa Benedicto XIV el 9 de mayo de 1750.

Traducido para ETF de un artículo de Franco Mariani. Nota: en distintas fuentes se señalan fechas diversas para su muerte, 24 de enero, 27 de enero, y un día no precisado de febrero; la ubicación en el calendario actual el 2 de enero parece obedecer a estudios más recientes, sin embargo la Orden lo celebra el 27 de enero.

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