jueves, 10 de enero de 2013

La Gracia De Dios


Los Mandamientos de Dios nos hacen vernos a nosotros en relación con lo que debemos hacer o con lo que no debemos hacer. Las virtudes cristianas también tienen ese aspecto visible ante los demás, manifiestan la acción Cristiana y a la vez nos hacen pensar en un punto de partida interior. Es decir, que nuestro hacer supone un ser.
Hoy se dice mucho que debemos distinguir el ser del tener que por falta de reflexión solemos identificar, siendo de por sí muy distintos. Así pensamos o decimos que fulano es un gran personaje, porque tiene mucho dinero. Y puede resultar que aunque tenga mucho dinero, no sea muy grande como personalidad. Más que el tener, cuenta lo que somos en verdad.
Así también pensemos en lo que somos como cristianos, después de haber pensado en lo que hacemos. Esta pregunta nos invita a reflexionar en algo que nos hace ser en verdad grandes: La gracia de Dios.
¿Qué es? Cuando queremos precisar qué es eso que nos transforma interiormente, andamos por el campo de la imprecisión. Y sin embargo, hablamos de la gracia de Dios, de la gracia que nos trae Cristo, de vivir y morir en gracia, de ser fieles a la gracia. Nuestra misa suele comenzar con un saludo así: “La gracia de Nuestro Señor Jesucristo….” La Virgen es saludada como la llena de gracia: “Te saludo llena de gracia. El Señor está contigo. Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres.”(Lc 1,28) San Pablo nos dice que donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia y los comienzos de sus cartas manifiestan el deseo que la gracia de Dios esté con aquellos a quienes escribe: “Pero Dios en su bondad los pone en la debida relación con EL mismo de una manera gratuita, porque los ha salvado por medio de Cristo Jesús” (Rom 3,24).
Podemos comprender un poco de lo que significa la gracia cuando sabemos que es algo que nos viene de Dios para hacernos gratos a El y suele también expresarse con palabras como paz, bendición, bondad, Amistad, amor, benevolencia, debida relación con EL, vida de Dios, regalo, don. Por gracia somos salvados-y significa que no por nuestros méritos-y el amarnos nosh ace gratus a sus ojos, es decir quita de nosotros lo que EL detesta, el mal. Su gracia nose s indispensable para poder hacer lo que a EL le agrada y para que nuestras acciones tengan algún mérito para la vida eterna.

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