miércoles, 9 de enero de 2013

Tiempo de Conversión


A partir del miércoles pasado hemos dado inicio al tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión, de cambio de vida y, este domingo, encontramos a Jesús en el evangelio que vive las tenciones.


En primer lugar debemos tener presente que la tentación no es un pecado. Jesús es Dios y por lo tanto no tiene pecado; experimenta en su humanidad la tentación pero no sucumbe a ella. Hay gente que confunde tentación con pecado. Esto es un error. La tentación es percibir la acción de Satanás que nos quiere apartar del camino de Dios, del bien y de la verdad. El pecado es consentir, sucumbir ante la tentación.


En segundo lugar debemos tener presente que no es Dios el que tienta sino Satanás, el Diablo, el “padre de la mentira”. Dios no tienta a nadie dado que la tentación es provocar el alejamiento de Dios y de sus designios. Por eso,  que nadie se confunda y piense o diga que es tentado por Dios. Lo que sí es verdad, es que Dios permite la “prueba” o la “cruz” en nuestra vida. Esto es muy misterioso y muchas veces no le encontramos una explicación “racional” a la realidad de la enfermedad, las catástrofes, la muerte y los sufrimientos en general. Pero si Dios permite la prueba no es para apartarnos de Él y de sus caminos. Todo lo contrario, Dios permite la prueba en nuestra vida para que seamos fortalecidos en nuestro camino de fe.


En tercer lugar hay que tener presente que Jesús no fue solo tentado en esta ocasión particular que se nos relata. Este texto es un momento prototípico de las tentaciones de Jesús que sirven como modelo para la realidad de toda su vida. Jesús fue tentado por Satanás a lo largo de su vida terrena muchas veces y de diversas formas: por ejemplo cuando quieren proclamarlo rey desde una perspectiva terrena, social y política; cuando quieren que realice “milagros” según el gusto y la necesidad puntual de cada grupo y/o personas; cuando quieren hacer que baje de la cruz y demuestre que realmente es Dios, etc.


Esta semana pregúntate: ¿Cuáles son las tenciones en tu vida?  Analiza las tres posibles tentaciones más tangibles de tu vida.  Haz un propósito real, concreto y verificable de crecimiento espiritual al comienzo de esta cuaresma,  rechazando la tentación con la gracia del Señor.

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