martes, 7 de mayo de 2013

Alberto de Bérgamo, Beato


Terciario Dominico, Mayo 7
 
Alberto de Bérgamo, Beato
Alberto de Bérgamo, Beato

Terciario Dominico

Martirologio Romano: En Cremona, de Lombardía, beato Alberto de Bérgamo, labrador, el cual, después de soportar con paciencia las reprensiones que su mujer le hacía por su gran generosidad hacia los pobres, abandonó sus tierras y vivió como hermano de penitencia de santo Domingo (1279).

Etimológicamente: Alberto = Aquel que brilla por su nobleza, es de origen germánico.
Alberto pertenecía la Tercera Orden Dominica y, por eso, vivió como lego, a pesar de ser casado y estar dedicado a la vida de trabajo en el campo.

Dueño de una sensible generosidad, pasó su vida ayudando a los necesitados, distribuyendo alimentos y dinero.

Además, hizo numerosas peregrinaciones, sobre todo a Santiago de Compostela, prestando sus servicios a otros peregrinos a todo lo largo del camino, que era recorrido a pie.

También visitó Roma y Tierra Santa.

Murió en Cremona, en Italia.

Después de su muerte, le fueron atribuidos muchos milagros, siendo su generosidad, marca distintiva de su persomalidad, famosa hasta nuestros días.

El Papa Benedicto XIV confirmó su culto el 9 de mayo de 1748.

La comunidad dominica lo recuerda el 7 de mayo, pero en otros santorales se lo recuerda el 11 del mismo mes.

Beato Alberto de Bérgamo, penitente
fecha: 7 de mayo
fecha en el calendario anterior: 11 de mayo
†: 1279 - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Benedicto XIV 9 may 1748
hagiografía: Santi e Beati
En Cremona, en la región de Lombardía, beato Alberto de Bérgamo, labrador, que después de soportar con paciencia las reprensiones que su mujer le hacía por su gran generosidad hacia los pobres, abandonó sus tierras y vivió como hermano de la Orden de Penitencia de Santo Domingo.

Alberto de Bérgamo fue una modesta flor en el jardín dominico, y uno de los más bellos ejemplos de esa santidad a la cual todos los cristianos están llamados, y que en nada se sale de lo común. Fue simplemente un agricultor del territorio bergamasco, donde nació, al inicio del siglo XIII, en la Villa d'Ogna. Desde la infancia caminó en la senda de Dios, poniendo sobre todo en práctica el gran precepto de la caridad. Por consejo y voluntad de los suyos contrajo matrimonio, pero no encontró en su compañera ni afecto ni comprensión; sin embargo su paciencia fue inalterable. Habiéndole cuestionado algunas personas poderosas la posesión de sus tierras, en bien de la paz dejó su pueblo y marchó a Cremona, donde vivió del trabajo de sus manos.

Agregado a la Tercera Orden de Santo Domingo, se dedicó sin pausa a las obras de misericordia, ya que sostenía que siempre es tiempo de hacer el bien, si hay voluntad de hacerlo. Predicó elocuentemente con las obras, dando ejemplo luminoso de esa caridad poco comprendida y aun menos practicada por tantos cristianos. Alberto presintió la hora de su muerte, el 7 de mayo de 1279, expirando serenamente, confortado por los últimos Sacramentos. Mucha gente se acercó a venerar el cuerpo, atraídos -según dice la tradición popular- por el milagro de las campanas, que sonaron sin ser tocadas. El papa Benedicto XIV, el 9 de mayo de 1748, aprobó el culto «ab immemorabili».
 

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