viernes, 3 de mayo de 2013

El Libro de los Números



 

       
Números
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El profeta Moisés saca milagrosamente agua de la roca
Pentateuco
LevíticoNúmerosDeuteronomio
'Números (del griego Ἀριθμοί, Arithmoi; hebreo: במדבר, Bəmidbar, "En el desierto") ' es el cuarto libro del Tanaj hebreo (que desde el siglo II d. C. se llama también Antiguo testamento de la Biblia). Es el cuarto libro de la Torá judía (o el Pentateuco ―‘los cinco libros’― para dar su posterior nombre griego), y de la colección de libros históricos. Viene precedido por el Levítico y seguido por el Deuteronomio.

Autor tradicional

La tradición religiosa judía atribuye el Libro de los números ―como todos los libros de la Torá (el Pentateuco)― al gran legislador de la nación hebrea Moisés ben Hamram o Moshé Rabenu, quien habría vivido hacia el 1300 a. C.. Según el Segundo Libro de los Reyes (22-23), este libro fue hallado durante la reforma de Josías (hacia el año 622 a. C.).

Datación y antecedentes históricos

El evento clave en la formación del Antiguo testamento fue la invasión del reino de Judá por el imperio de Babilonia en el 586 a. C. (según Dawes, pág. 13).[1]
Los babilonios destruyeron la ciudad y el Templo de Salomón, ejecutaron a los hijos del rey delante de él y lo cegaron, y se lo llevaron a él y a muchos otros al exilio en Babilonia (Dawes, pág. 14).[1] Estos eventos deben de haber representado una gran crisis religiosa: ¿por qué el dios Yahvé había permitido que esto sucediera? ¿Qué había pasado con la promesa de que los descendientes de David reinarían para siempre? Las respuestas están registradas en las obras de los profetas Ezequiel, Jeremías e Isaías, y en la historia deuteronomista, la colección de obras históricas desde el Libro de Josué al Libro de los reyes: Yahvé no había abandonado a Israel, sino que Israel había abandonado a Yahvé, y el exilio en Babilonia era un castigo de Yahvé por la falta de fe de Israel (según Dawes, págs. 14-16).[1]
El exilio en Babilonia duró aproximadamente 48 años: empezó el 586 a. C. y terminó cuando los persas conquistaron Babilonia en el 538 a. C. El nuevo gobernante persa decidió permitir que los exiliados de distintos pueblos regresaran a sus patrias. De acuerdo con el Libro de Esdras-Nehemías, los judíos regresaron a Palestina bajo la dirección conjunta de un descendiente del último rey y del último sumo sacerdote. Reconstruyeron el Templo y reconstituyeron Judá (ahora se llama Yehud) como una comunidad santa gobernada por sacerdotes.
Fue en este periodo en que se compuso la Torá (o el Pentateuco ―‘los cinco libros’― para dar su posterior nombre griego), separando el Libro del Deuteronomio de la historia deuteronomista y agregando los libros del Génesis, el Éxodo, el Levítico y los Números (Dawes, pág. 16).[1]

Origen del nombre

El nombre original del Libro de los números es במדבר‎, /bamidbar/ (‘[libro de] en el desierto’) en hebreo. En el siglo III a. C. el Bamibdar fue traducido al griego por los Setenta, con el nombre de Αριθμοί, /arizmoí/ (‘números’).
Todo el libro está poblado de números, que consigna con minuciosidad extrema: la cantidad de jefes de las tribus (cap. 7); número de las poblaciones y libaciones necesarias (13); cuenta de la cantidad de hombres sublevados (16:2); cabezas de ganado que han de ser destinadas al sacrificio ritual (28-29); cantidad de botín y su reparto exacto (31); agrimensura y dimensiones del territorio (35); incluso recuentos minuciosos de las leyes y los relatos contados.
Es posible que el libro exagere o idealice algo la cantidad de hebreos, pero es innegable que, más allá de ello, pinta un cuadro acabado de la vida y la sociedad de aquellos tiempos con una fuerza incomparable, describiendo incluso con gran vivacidad el desierto del Néguev y la forma de vivir en él.
Más de una vez se expresa que Moisés se dedicó a registrar cada sitio donde los hebreos se detenían, cada oasis y cada campamento, y estas alusiones explican perfectamente cómo pudieron llegar hasta nosotros, intactas, estas antiquísimas descripciones.

 Naturaleza y organización

Como es habitual en los libros del Antiguo testamento, su pertenencia a la serie de «libros históricos» no implica que corresponda al género histórico como se lo entiende hoy.
En este caso la «historia» se refiere a la descripción de míticos tiempos pasados desconocidos, que hablan de la relación de Yahvé con el pueblo judío.
Solo uno de las leyendas contadas en este libro ha sido confirmada por la arqueología: la llegada al desierto de Cadés (Kadesh, en el norte del desierto de Néguev). Pero si bien se ha demostrado que los hebreos llegaron allí en esos tiempos,[cita requerida] en Números no se cuenta nada de los 38 años que habrían pasado en el lugar. El libro tiene importantes lagunas de contenido.
Las narraciones se interrumpen constantemente para insertar textos jurídicos. Es por ello que el plan de trabajo histórico se diluye a menudo, cosa que no ocurre con el plan teológico del libro.

 Contenido

El agrupamiento de los elementos del libro debe hacerse alrededor de los hechos principales narrados, y esta tarea es en extremo difícil. Es por ello que históricamente se ha buscado establecer una división más simple, como por ejemplo según los sitios donde suceden los acontecimientos.
Así, Números puede dividirse en tres partes principales:
  1. En el Sinaí: desde 1:1 hasta 10:10
  2. En el Cadés-Barnea: desde 10:11 hasta 22:1
  3. En los llanos de Moab: desde 22:2 hasta 36:13

 Significado

El pueblo de Israel camina con Yahvé. Si existen fallos, estos no son provocados por Yahvé sino por los pecados del pueblo (cfr. caps. 13 y 14). En cambio si hay éxitos, estos vienen como consequencia del la fidelidad del pueblo al Dios que los ha librado y que permanece con Israel.

 Notas

  1. a b c d Gregory W. Dawes: Introduction to the Bible. Liturgical Press, 2005.

 Véase también

Enlaces externos

Libro anterior:
Levítico
Números
(del Pentateuco)
Libro siguiente:
Deuteronomio












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