martes, 7 de mayo de 2013

Flavia Domitila, Santa


Mártir, Mayo 7
 
Flavia Domitila, Santa
Flavia Domitila, Santa

Mártir

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Domitila, mártir, que, siendo hija de la hermana del cónsul Flavio Clemente, fue acusada durante la persecución bajo el emperador Domiciano de haber renegado de los dioses paganos y, por ello, por su fe en Cristo, junto con otros muchos cristianos fue desterrada a la isla de Ponza, en el Lacio, en la que padeció un prolongado martirio (s. I/II).

Etimológicamente: Flavia = Aquella de cabellos dorados, es de origen latino.
El emperador es Vespasiano. Flavio Clemente es su sobrino, está casado con Flavia Domitila, se han hecho cristianos y es cónsul en el año 95. Tiene dos primos carnales que son Tito y Domiciano que, al no tener descendencia directa masculina, deberían dejar su puesto a uno de los hijos de Flavio Clemente según el derecho romano; poco faltó para que la Iglesia tuviera en el primer siglo un emperador cristiano, pero no sólo no fue así, sino que el emperador Domiciano desató una violenta persecución.

No distinguían muy bien por aquel entonces los que mandaban en Roma entre judíos y cristianos; los llaman simplemente paganos porque ni unos ni otros adoraban imágenes por seguir los Libros Santos. Vespasiano y Tito habían hecho la guerra y destruido la Ciudad Santa; los judíos y cristianos -que para ellos es igual- deben pagar impuestos. Como las cuentas cantan, Domiciano advierte por el monto de la recaudación el gran número de paganos que hay en el Imperio y ve que están presentes en todos los estamentos. Piensa que la depuración étnica se impone y Flavio Clemente, entre muchos, es denunciado -dice Suetonio «con acusaciones muy endebles»- y martirizado junto con su mujer o quizá ésta fuera mandada al destierro a la isla de Pandataria, como era costumbre entre los romanos para la gente noble. Así se concluyen los datos que proporciona la historia bien documentada.

Pero así como la historia ofrece unos datos seguros y fiables, la leyenda marca el paso de la historia a la ficción en la historia novelada para gusto y edificación de los cristianos cuando se habla de Flavia Domitila. Más que admitir la existencia de dos Flavias en el mismo tiempo y lugar, según los datos que se tienen, parece lo más probable y sensato aceptar la lectura en novela de la mártir Flavia Domitila, desdoblada.

Así nos encontramos con una novela de altos vuelos literarios en la que, con la base firme de la existencia de una mártir perteneciente a la más alta nobleza, se narra el destierro de Flavia, joven prometida de un joven pagano llamado Aureliano; los soldados Nereo y Aquileo, terminan por convencer a la novia para que acepte la virginidad rechazando la boda prevista. Se anota la esperada reacción violenta del joven pagano despreciado: denuncia como cristiana a la novia y la destierran a la isla de Poncia. La imaginación del autor hace intervenir al papa Clemente consagrando la virginidad de Flavia Domitila. Hay enredos entre amigos de la magia y adivinación por una parte y testigos que narran lo que pasó entre Pedro y Simón, el mago, por otra.

La protagonista que ocupa el centro del relato es un ejemplo de pulcritud y sensatez, mantiene el nervio de la historia con la valentía del seguimiento a Jesús ante la autoridad constituida, apareciendo también momentos de dudas que mantienen el suspense sobre los inciertos resultados de su elección, y ¡cómo no! su apostolado. Se desarrolla abundante doctrina para proclamar -en demasía- la excelencia de la virginidad sobre el matrimonio. El guión no está exento de elementos dramáticos que mantienen la atención de los lectores y oyentes con los enredos de seducción por parte de Aureliano, que acaba dramáticamente muerto por la decepción y el rechazo. También se condenan las orgías propias del tiempo y la vanagloria de quien no tiene más perspectiva que la vida presente. La vuelta del destierro, además de poner fin a la preciosa novela ejemplar, sirve para describir el martirio con formas adecuadas al estilo del relato: Flavia Domilitila y sus dos sirvientas neoconversas por su ejemplo y palabras -también vírgenes cristianas- acaban quemadas vivas en su propia casa de Terracina por denuncia de paganos.
Santa Domitila, mártir
fecha: 7 de mayo
fecha en el calendario anterior: 12 de mayo
†: s. I/II - país: Italia
otras formas del nombre: Flavia Domitila, Domitilla
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
En Roma, conmemoración de santa Domitila, mártir, que, sobrina del cónsul Flavio Clemente, durante la persecución desencadenada bajo el emperador Domiciano, acusada de haber renegado de los dioses paganos, por su testimonio de fe en Cristo fue deportada, junto con otros cristianos, a la isla de Ponza, en donde consumó un prolongado martirio.
refieren a este santo: San Flavio Clemente

La cuestión de santa Domitila es un tanto enrevesada y, en cierta medida, aun permanece abierta. Porque el nombre de Domitila no es raro en la familia de los Flavios, y puesto que era familia imperial (Vespasiano, Tito y Domiciano fueron emperadores flavios), tampoco es raro en ella el destierro. Así que tenemos en esto el germen de la posterior confusión: hubo al menos dos Flavia Domitila, a fines del siglo I, las dos familiarmente vinculadas con el cónsul Flavio Clemente, las dos desterradas, una a la isla de Pandataria y la otra a la de Ponza, islas cercana una de la otra y que frecuentemente se confunden.

De la Flavia Domitila desterrada a Pandataria (actual Ventotene, en el mar Tirreno) sabemos que era de la familia del emperador Domiciano («consanguínea directa», dice Dion Casio, como veremos), esposa de Flavio Clemente, cónsul en el 95 y sobrino de Vespasiano. La tradición cristiana venera a Flavio Clemente como mártir (22 de junio), muerto por Domiciano bajo la acusación de «ateísmo», que era el cargo habitual que se hacía a los cristianos (aunque no sólo a ellos). Flavia Domitila, en cambio, marchó al exilio a la isla que usaban frecuentemente los emperadores para enviar a sus enemigos políticos de la familia. De ella no tenemos noticia sobre su muerte, todo lo que sabemos es lo que en el siglo III nos transmite el historiador pagano Dion Casio:
«[Domiciano] quitó la vida, junto a muchos otros, también a Flavio Clemente, aunque era su primo y tenía como mujer a Flavia Domitila, consanguínea directa suya [del Emperador]. Ambos fueron acusados de ateísmo y además de desviarse trás de las costumbres de los judios, fueron condenados a muerte y confiscación. Domitila fue sin embargo desterrada a la isla de Pandataria.»

Por Eusebio de Cesarea (Hist. Ecl. III,18) nos encontramos, sin embargo, con otra Flavia Domitila:
«Por aquel entonces la señal de nuestra fe resplandeció de tal modo, que incluso los escritores fuera de nuestra tradición no dudaron en exponer en sus narraciones la persecución de los mártires que tuvo lugar en ella. También indicaron el tiempo con precisión, cuando cuentan que en el año decimoquinto de Domiciano, Flavia Domitila, hija de una hermana de Flavio Clemente, cónsul de Roma por aquel entonces, juntamente con muchos otros, fue sentenciada al destierro en la isla de Pontia por el testimonio de Cristo.»
La «isla de Pontia» a la que se refiere es la llamada Isla de Ponza, cercana a la de Pandataria, y utilizada también como lugar de exilio en época imperial.

Se ha intentado identificar estas dos Domitilas en una sola, dando por supuesto que en alguno de los testimonios se habría producido un error al consignar los vínculos de parentesco. Sin embargo ya el gran arqueólogo Juan Bautista de Rossi trazaba, a fines del siglo XIX, la genealogía de las dos Domitilas, mostrando que son efectivamente dos, sin confusión posible. De la Flavia Domitila «joven» (es decir, la desterrada a Ponzia), hay un precioso testimonio de la antigua veneración que recibió, cuando san Jerónimo, en su Carta 108 a santa Eustoquio, señala que la viuda Paula, madre de santa Eustoquio, en su trayecto hacia Oriente visitó la isla de Ponza, donde Domitila «longum martyrium duxerat» (llevara adelante un largo martirio).

La leyenda posterior al siglo V no ha hecho sino embrollar más el asunto, mezclando el martirio de Flavia Domitila
con el de los santos Nereo y Aquileo, soldados romanos de dos siglos más tarde, que han sido convertidos por los relatos populares en eunucos acompañantes de la dama en su exilio, ya que sus restos haabían estado en el llamado «Cementerio de Domitila». por ese motivo a Domitila se la celebraba en el día de estos dos mártires, es decir, el 12 de mayo. En la actualidad el Martirologio a restituido la especificidad de los dos martirios, el de Nereo y Aquileo conmemora a los dos soldados de fines del siglo III, y su fecha sigue siendo el 12 de mayo, y el de Domitila se trasladó al 7 de mayo, tomando esta fecha del Martirologio de Floro, del siglo IX, probablemente no porque este martirologio tuviera un mejor dato que los demás, sino para separarla de la conmemoración de los dos soldados.

El Martirologio Romano, sin embargo, recoge a una sola de las dos Flavias Domitilas, y por la redacción del «elogio», que se hace eco del «longum martyrium» de Jerónimo, evidentemente está pensando en la sobrina del Cónsul, no en la esposa; lo que no impide que en alguna revisión posterior del Martirologio adquiera su lugar también la memoria de ésta. No obstante, algunos santorales opinan que la que se está celebrando es la esposa del Cónsul, no la sobrina, así, por ejemplo, el «Año cristiano» de BAC, en la edición 2003. De este santoral, aunque con un enfoque distinto en los datos, quisiera extraer una preciosa conclusión: el cristianismo estaba ya a fines del siglo I, aunque el poder se empeñara en acallarlo, a las puertas del Imperio.

Bibliografía: El Butler-Guinea, aunque muy escuetamente, pone en la pista del problema en la noticia del 12 de mayo; más completa y con preciosas citas e indicaciones es la nota hagiográfica de Alessandro Carletti que se reproduce en Santi e beati, y a quien en conjunto he seguido; la nota de José Sendín Blázquez en Año Cristiano de BAC, edición 2003, aunque identifica a Flavia Domitila con la esposa, puede ser util, pero contiene algún grueso error histórico (al afirmar que Tito y Domiciano son sobrinos de Vespasiano, cuando son hijos); más anticuada en la forma, pero útil porque reproduce las leyendas en torno a Domitila, que yo no he recogido aquí, es la noticia del Año Cristiano edición 1966, escrita por Carlos María Staehlin, S.I., que puede leerse en el sitio de Mercabá. El artículo de la Catholic Encyclopedia dedicado a la cuestión de las Flavia Domitila, escrito en 1909 por Patrick Healy, cuando los descubrimientos de De Rossi eran muy recientes, es muy esclarecedor acerca de las cuestiones del parentesco, aunque se inclina por la hipótesis de una única Flavia Domitila cristiana.
La iconografía, puesto que se basa en las leyendas tradicionales, suele representarla junto a los santos Nereo y Aquileo, como en el cuadro que reproducimos, de Pomarancio (siglo XVI-XVII), en la iglesia de Nereo y Aquileo, en Roma.

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