jueves, 16 de mayo de 2013

Libro de Daniel



     
   
 
El profeta Daniel en la Capilla Sixtina.
El Libro de Daniel es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo, que en las biblias cristianas se ubica entre los libros de Ezequiel y Oseas.
Es el sexto de los libros proféticos y se lo incluye —por los cristianos— entre los Profetas Mayores (de los cuales es el cuarto, luego de Isaías, Jeremías y Ezequiel).
Los judíos lo excluyen de los Profetas (Nevi'im) y lo colocan entre los Escritos (Ketuvim). Varias de sus partes son deuterocanónicas y solo las incluyen las biblias católicas.

Género y dificultad

Pertenece a los géneros género narrativo y género apocalíptico, de difícil comprensión. Dios muestra cómo da sabiduria a Daniel y cómo la dará a todo aquel que quiera, por el simple hecho de tener voluntad y reconocer que el poder está en las manos del Altísimo, Dios todopoderoso.

Orden

Los judíos no lo colocan entre los Nevi'im o Profetas sino entre los Escritos o Ketuvim, lo que parece dar a entender que la colección de libros proféticos ya estaba completa y cerrada cuando se escribió Daniel. En la biblia hebrea se ubica en una situación muy extraña para un Profeta Mayor: entre Ester y Esdras.
En la LXX, va sexto entre los profetas, luego de Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc y Ezequiel. Esta ubicación la heredaron luego todas las demás biblias cristianas.

Pasajes griegos

Existen tres pasajes de este libro que no están contenidos en el texto hebreo-arameo del Tanaj, aunque sí los contiene el texto griego de la Biblia de los LXX. Los actuales judíos y muchos protestantes (aun cuando no todos) los tienen por apócrifos. Sin embargo, aparecen en muchas importantes versiones protestantes de los escritos bíblicos; tales como las Biblias de Casiodoro de Reina (Basilea, Suiza, 1569), y de Cipriano de Valera (Ámsterdam, Países Bajos, 1602). En tanto que las tribus israelitas de habla y cultura griega, seguidas por la iglesia católica romana, y por las diferentes iglesias cristianas ortodoxas y orientales, los consideran partes integrantes del canon de la Biblia. Se trata de:

Idiomas

El libro de Daniel fue escrito en tres lenguas diferentes:
  • Hebreo: (1:1 - 2:4a y 8-12);
  • Arameo: (2:4b - 7:28);
  • Griego: las partes deuterocanónicas mencionadas arriba.
El origen multilingüístico del libro ha sido confirmado por el hallazgo de los Manuscritos del Mar Muerto. En 1986 William H. Shea[1] propuso que la parte Aramea de Daniel forma un quiasmo temático de tipo ABC CBA:
A: Visión sobre 4 reinos, y luego un reino dividido (metales) - Daniel 2.
 B: Persecución por fidelidad (horno de fuego) - Daniel 3.
  C: Juicio a un rey (Nabucodonosor) - Daniel 4.
  C: Juicio a un rey (Belsasar) - Daniel 5.
 B: Persecución por fidelidad (foso de los leones) - Daniel 6.
A: Visión sobre 4 reinos, y luego diez divisiones (bestias) - Daniel 7.
La primera parte del libro narra la historia del profeta Daniel, quien según el mismo libro, vivió en Babilonia como exiliado junto con el resto del pueblo hebreo en el siglo VI a. C. En esta parte se narran las vicisitudes de Daniel y otros tres compañeros por ser fieles a Dios, al contrario de lo mandado por Nabucodonosor II, rey de los babilonios. Igualmente se narra la sabiduría de Daniel al interpretar correctamente los sueños y visiones del rey. Por último, la primera parte también narra lo sucedido con Daniel cuando los babilonios fueron conquistados por los medos, comandados por Darío el Medo, los cuales más tarde fueron sometidos por los Persas.
La segunda parte del libro históricamente puede referirse a lo sucedido en Medio Oriente (particularmente en el territorio de Palestina) cuando la Dinastía Ptolemaica y la Dinastía Seléucida peleaban por el territorio, y cuando Antíoco IV Epífanes intentó suprimir el culto judío en Jerusalén y reemplazarlo por un culto helenista.
Existen además relatos deuterocanónicos, cuyos originales sólo se conservan en griego, por lo que no todas las iglesias las aceptan como parte del canon bíblico. Estas secciones son:
  1. La oración de Azarías.
  2. El cántico de los tres jóvenes.- el canto que entonan dentro del horno los compañeros de Daniel.
  3. La historia de Susana.
  4. Daniel y los sacerdotes de Bel.
  5. Daniel y el Dragón.

Fecha

Existe una fuerte disputa en cuanto a la fecha de escritura del libro. Sectores religiosos interpretan que fue auténticamente escrita durante el exilio en Babilonia, y sitúan su cumplimiento hasta nuestros días. Pero la mayoría de los eruditos y los historiadores prefieren la interpretación preterista (Conocida como tesis Macabea). Esta exégesis es la interpretación judía tradicional, aun anterior a la época de Cristo, que sustenta la observancia de la fiesta de la Hánucka, esta tesis fue citada luego en el siglo III d. C. por Porfirio,[2] un filosofo neoplatónico enemigo del cristianismo. Según esta teoría el cumplimiento de las cosas descritas en el libro, o incluso su escritura misma, se ubicaría en la época de los macabeos, y respecto a la persecución por Antíoco IV "Epífanes" contra los judíos, entre 167 y 164 a.C.

Contexto histórico de la narración

El cautiverio de Babilonia, la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor II, el inicio del imperio Medo-Persa.

Géneros literarios

Según su aspecto literario, puede decirse que los seis primeros capítulos son narrativos y los seis últimos son apocalípticos y proféticos, configurando, entre ambos, una solemne afirmación de la majestad de Dios. Forma parte de la apocalíptica judía En cuanto a literatura apocalíptica, debe muchísimo al Libro de Ezequiel.

Objetivos

Mostrar el futuro de Israel, infundir esperanza al pueblo judío en medio de la opresión, pero también señalar que hay un día de juicio (el mismo nombre Daniel "Dios es mi Juez" o "juicio de Dios" sugiere el objetivo del libro), en el cual Dios destruirá a todos aquellos que se le oponen y persiguen a su pueblo; "Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas, y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego y sus ruedas fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salia delante de él, millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él. El Juez se sentó y los libros se abrieron" Daniel 7:9-10. Todas las profecías del libro de Daniel terminan con el establecimiento del Reino de Dios. Ese Reino es encabezado por el Hijo del Hombre (Bar Enach), simbolismo del pueblo de israel redimido y santificado: "Miraba yo en la visión de noche, y he aquí en las nubes del cielo como un Hijo de Hombre que venía... Y le fue dado señorío, gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su reino que no se corromperá" Daniel 7:13-14.

Interpretación cristiana

Jesucristo interpreta esta profecía en el evangelio de Mateo 24:30 como referida al Mesías y a su persona: "Y entonces se mostrará la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentaran todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre que vendrá sobre las nubes de los cielos, con gran poder y gloria". Sigue así la línea de apócrifos como El libro de Enoch y la apocalíptica judía popular del siglo I d C.

Sentido religioso

Se revela a Yavé como el Dios que conoce el futuro y decide compartirlo con los seres humanos, teniendo como final el establecimiento de su Reino y soberanía en la Historia. También representa una de las primeras manifestaciones de la esperanza en una resurrección y día de juicio individual: "Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua" (Daníel 12:2).

Véase también

Enlaces externos

  1. "The Prophecy of Daniel 9:24-27". En Holbrook, Frank. The Seventy Weeks, Leviticus, and the Nature of Prophecy. Daniel and Revelation Committee Series. 3. Review and Herald Publishing Association.. 
  2. Ferch, Arthur J.. Porphyry: An Heir to Christian Exegesis?. 


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(Libros proféticos)
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