lunes, 27 de mayo de 2013

Santos Juan Doan Trinh Hoan y Mateo Nguyen Van Phuong, mártires

fecha: 26 de mayo
†: 1861 - país: Vietnam
canonización: B: Pío X 2 may 1909 - C: Juan Pablo II 19 jun 1988
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En la ciudad de Dong Hoi, en Annam, santos mártires Juan Doan Trinh Hoan, presbítero, y Mateo Nguyen Van Phuong, padre de familia y catequista. Este último hospedaba a su compañero sacerdote, y ambos fueron a la vez torturados y decapitados cruelmente por su fe, en tiempo del emperador Tu Duc.
En Don-Hoy, Vietnam, el día 26 de mayo de 1861 fueron decapitados por su condición de cristianos un sacerdote y un seglar, ambos beneméritos de la comunidad cristiana, a la que habían servido fielmente. Fueron canonizados el 19 de junio de 1988.

Juan Doan Trinh Hoan, el sacerdote, había nacido en Penang el año 1798, en el seno de una familia rica, cristiana ya de años, y en la que habían surgido anteriormente vocaciones religiosas, así como mártires. Estudia en el seminario de Penang y se ordena sacerdote en 1836. Destinado sucesivamente a varios distritos misionales, sus buenas cualidades y su celo pastoral le granjeaban el amor de los fieles, pero debió vivir siempre huyendo y escondiéndose. Cuidaba mucho el apostolado con los jóvenes y los niños, y entre sus catequizados se suscitaron vocaciones. Podía huir, porque le avisaron del peligro, pero prefirió quedarse y ello fue la ocasión de su captura, juicio, condena y martirio.

Mateo Nguyen Van Phuong había nacldo en Ke-Lay el año 1800. Prlmero fue médico, luego comerciante. Estaba casado y tenía ocho hijos y una buena posición económica. Conforme sus hijos se fueron casando, les fue repartiendo la herencia, hasta que quedó solamente con lo preciso para una vida modesta. Cristiano fervoroso, se ofreció para catequista y ejerció con gran celo este importante ministeno, llevando a muchos al conocimiento y amor de Jesucristo. Exponiendo su propia seguridad albergaba sacerdotes en su casa, hasta que fue encontrado en ella el P. Hoan, cuya suerte en adelante compartió. Confesó su fe ante los Jueces y se negó a apostatar, lo que le llevó al martirio.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

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