jueves, 16 de mayo de 2013

Urbano I Papa, Santo


XVII Papa, 19 de mayo
 
Urbano I, Santo
Urbano I, Santo

XVII Papa

Martirologio Romano: En Roma y en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Urbano I, papa, que gobernó fielmente la Iglesia Romana durante ocho años, tras el martirio de san Calixto. ( 230)

Ateriormente se lo recordaba el: 25 de mayo
Papa del 222 al 230, se desconoce la fecha de su nacimiento; murió el 23 de mayo del 230. Según el "Liber Pontificalis," Urbano era romano y el nombre de su padre fue Ponciano. Después de la muerte del Papa San Calixto I (14 de octubre del 222) Urbano fue electo Obispo de Roma, Iglesia que dirigió durante ocho años según los escritos de Eusebio de Cesarea (Hist. eccl., VI, 23). El documento llamado Catálogo Liberiano de los Papas coloca el inicio de su pontificado en el año 223 y su término en el 230. El desacuerdo que produjo San Hipólito en la Iglesia Romana continuó durante el pontificado de Urbano. Hipólito y sus seguidores persistieron en el cisma; fue probablemente durante el reinado de Urbano que Hipólito escribió su "Philosophumena", en donde atacaba severamente al Papa Calixto. Urbano mantuvo la misma actitud adoptada por su predecesor hacia el grupo cismático y su líder. Nada dicen las autoridades históricas sobre que se haya dado algún otro problema durante la vida de la Iglesia Romana de esa era. En el año 222 Alejandro Severo se convierte en emperador romano. Él favorecía un eclecticismo religioso y protegió asimismo al cristianismo. Su madre, Julia Mammaea, era amiga del maestro alejandrino Orígenenes, al cual llamó a Antioquia. Hipólito le dedicó a ella su trabajo sobre la Resurrección. El resultado de la opinión favorable que tanto el emperador como su madre tuvieron sobre el cristianismo, permitió que los cristianos gozaran de una paz completa, aunque su estado legal no fue cambiado. El historiador Lampridio (Alex. Sever., c. XXII) dice enfáticamente que Alejandro Severo no dio ningún problema a los cristianos: "Christianos esse passus est." Indudablemente, la Iglesia Romana experimentó los felices resultados de estas amables intenciones y no se le molestó durante el reinado del emperador (222-235). Incluso, el emperador protegió a los cristianos romanos en una disputa legal sobre la propiedad de un terreno. Cuando ellos quisieron construir una iglesia en un predio de terreno en Roma que era también reclamado por unos taberneros, se llevó el asunto ante la corte imperial, y Severo decidió a favor de los cristianos, declarando que era mejor que en ese lugar se adorara a Dios.

Nada se sabe respecto a los trabajos personales del Papa Urbano. El incremento de la extensión de varias catacumbas romanas durante la primera mitad del siglo III, prueba que los cristianos crecieron mucho numéricamente durante esa época. La legendaria Acta de Santa Cecilia, conecta a la santa, así como a su esposo y cuñado, con Urbano, quien se dice que bautizó tanto al esposo como al cuñado de Santa Cecilia. Sin embargo, esta narración es una leyenda y no tiene valor histórico; lo mismo se aplica a las Actas del martirio de Urbano, que datan de una fecha muy posterior incluso a la de Santa Cecilia. La afirmación contenida en el "Liber Pontificalis" sobre que Urbano convirtió a mucha gente a través de sus homilías, se basa en el Acta de Santa Cecilia. Otra afirmación hecha por la misma autoridad sobre que Urbano ordenó hacer los vasos litúrgicos en plata, es solamente un invento de un editor posterior de la biografía, hecha a principios del siglo VI; quien atribuyó a Urbano de forma arbitraria la hechura de ciertos vasos, incluyendo las patenas, para veinticinco iglesias titulares de su propio tiempo. No se sabe nada sobre los detalles de la muerte de Urbano pero, basados en la paz que hubo en su época, probablemente murió en forma natural. El "Liber Pontificalis" afirma que fue confesor en el reinado de Diocleciano; la fecha fue agregada sin ninguna base histórica. Su nombre no aparece en el "Depositio Episcopoirum" del siglo IV en el "Kalendarium Philocalianum".

Las autoridades antiguas han hecho dos declaraciones diferentes respecto a la tumba de Urbano de las cuales, sin embargo, solamente una se refiere al Papa con este nombre. En las Actas de Santa Cecilia y en el "Liber Pontificalis", se dice que el Papa Urbano fue enterrado en la Catacumba de Pretextato en la Vía Apia. Los Itinerarios del siglo VII a las tumbas de los mártires romanos, todos mencionan la tumba de un Urbano en relación con las tumbas de varios mártires enterrados en la Catacumba de Praetextatus. Uno de esos Itinerarios da a este Urbano el título de "Obispo y Confesor." Consecuentemente, desde el siglo IV, todas las tradiciones romanas han venerado al Papa de este nombre en el Urbano que se encuentra en la Catacumba de Praetextatus. Sin embargo, excavando una cámara doble en la Catacumba de San Calixto, De Rossi encontró un fragmento de la tapa de un sarcófago que tenía la inscripción OUPBANOCE [piskopos]. Él probó también que en la lista redactada por el Papa San Sixto III (432-440) sobre mártires y confesores enterrados en la Catacumba de San Calixto, se encuentra el nombre Urbano. Por lo tanto, el gran arqueólogo De Rossi concluyó que el Urbano enterrado en San Calixto era el Papa, mientras que el santo del mismo nombre enterrado en San Praetextatus era el obispo de otro lugar que murió en Roma y que fue enterrado en esta catacumba. La mayoría de historiadores está de acuerdo con esta opinión la cual, sin embargo, se basa principalmente en las Actas de Santa Cecilia. Las letras del epitafio mencionado más arriba sobre un Urbano en San Calixto indican un período posterior, en comparación con las letras de los epitafios papales tal como lo prueba la cripta papal. En la antedicha lista preparada por Sixto III, Urbano no aparece en la sucesión de Papas, pero aparece entre los obispos extranjeros que murieron en Roma y que fueron enterrados en San Calixto.

Parece así necesario aceptar el testimonio de que el Papa Urbano fue enterrado en la Catacumba de Praetextatus, mientras que el Urbano que yace en San Calixto es un obispo de una fecha posterior, proveniente de alguna otra ciudad. Esta opinión reconcilia mejor las afirmaciones del "Martyrologium Hieronymianum". Bajo la fecha 25 de mayo (VIII kal. Jun.) se encuentra la siguiente nota: "Via nomentana miliario VIII natale Urbani episcopi in cimiterio Praetextati" ("Martyr. Hieronym.", ed. De Rossi-Duchesne, 66). La catacumba de la Vía Nomentana, sin embargo, es la que contiene la tumba del Papa Alejandro, mientras que la catacumba de Praetextatus está en la Via Appia. Duchesne comprobó (Lib. Pontif., I, XLVI-XLVII) que en la lista de tumbas de los papas, de donde se saca esta nota, falta una línea que originalmente decía la tumba del Papa Alejandro estaba sobre la Via Nomentana, y que la tumba del Papa Urbano estaba en la Vía Apia en la Catacumba de Praetextatus. Por lo tanto, el 25 de mayo es el día del entierro de Urbano en esta catacumba. El mismo martirologio contiene bajo el 19 de mayo (XIV kal. Jun.) una larga lista de mártires encabezada por dos romanos mártires, Calocero y Partenio, quienes fueron enterrados en la Catacumba de San Calixto, incluyendo un Urbano; este Urbano es, aparentemente, el obispo extranjero que se encuentra enterrado en la misma catacumba.


San Urbano I, papa
fecha: 19 de mayo
fecha en el calendario anterior: 25 de mayo
†: 230 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
En Roma y en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Urbano I, papa, que gobernó fielmente la Iglesia Romana durante ocho años, tras el martirio de san Calixto.
patronazgo: patrono de Maastricht, Toledo, Troyes y Valencia; de los enólogos y toneleros, los viñedos, el vino; para pedir por la embriaguez, la gota, las heladas, los truenos y relámpagos.
refieren a este santo: Santos Ponciano e Hipólito

De san Urbano, como de tantos santos de la época -incluso pontífices- sabemos realmente poco, pero la historia tejida en torno a su culto es de lo más pintoresca. podemos asomarnos a ella comparando la redacción del «elogio» en el Martirologio Romano anterior y en el actual. El primero decía:
«En Roma, en la Vía Nomentana, el nacimiento para el cielo del bienaventurado Urbano, Papa y mártir, por cuyas exhortaciones y enseñanzas muchas personas, entre las que se contaban Tiburcio y Valeriano, recibieron la fe de Cristo y sufrieron el martirio por ella. Dicho Pontífice tuvo que sufrir mucho durante la persecución de Alejandro Severo y, finalmente, recibió la corona del martirio por la espada»
mientras que en el Martirologio actual dice:
«En Roma y en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Urbano I, papa, que gobernó fielmente la Iglesia Romana durante ocho años, tras el martirio de san Calixto.»
¿Qué ha cambiado? pues, menos Roma y que fue Papa, todo: no está enterrado en la vía Nomentana sino en la vía Apia, en el cementerio de Calixto, no tiene relación con Tiburcio y Valeriano (esposo y cuñado de santa Cecilia, respectivamente), no fue mártir, y lo que es más: el reinado de Alejandro Severo fue un período de paz para la Iglesia, y, aunque no cambió el status legal de los cristianos, eran de hecho favorecidos por el Emperador y su madre, Julia Mamea, quien era incluso amiga de Orígenes, y lo hizo llamar a Antioquía.

¿Qué es entonces lo que ha pasado aquí? Indudablemente los períodos de paz producen menos noticias que los de guerra y persecusión; y podemos tener en esto mismo un ejemplo: el cisma que se había creado con Hipólito en época del predecesor de Urbano, Calixto, se solucionó con el sucesor de Urbano, Ponciano; sabemos de Hipólito bajo Calixto y de Hipólito bajo Ponciano, ambos períodos de conflicto, pero de Hipólito bajo Urbano, nada sabemos, sino lo que podemos imaginar: que fue éste el momento en que Hipólito produjo su obra (los «Philosophúmena») donde atacaba al papa Calixto, pero que Urbano no parece haber adherido a las tesis rigoristas de Hipólito, ni de hecho cambió la política religiosa de los dos anteriores papas, que opinaban que había que usar de misericordia con los que en las persecusiones habían caído en apostasía, pero que luego querían volver a ser admitidos por la Iglesia (cuestión de los «relapsi»).

En el siglo XIX el arqueólogo de las catacumbas cristianas, De Rossi, entre otros impactantes hallazgos, encontró la tumba de san Urbano Papa en el cementerio Calixtino, y se pudo ver con claridad, que la tumba del tal Urbano mártir que se conocía en la vía Nomentana corresponde en realidad a otro Urbano, éste sí, mártir, de época desconocida. Como -basados únicamente en que eran tocayos- se creía que había sido la tumba de Urbano I, papa, y se sabía que su pontificado había sido con certeza en tiempos de Alejandro Severo, los historiadores anteriores atribuyeron al pobre Emperador -¡que encima protegió al cristianismo!- una persecusión que nunca tuvo lugar. La relación de Urbano I con las «Actas» de santa Cecilia es puramente legendaria, como lo son las mismas actas, problema que ya está tratado en la entrada correspondiente a esta santa.

Urbano gobernó al Iglesia desde el 222 o 223 hasta el 230; la declaración que también se encuentra en algunas hagiografías de que «mandó hacer vasos sagrados de plata para las iglesias de Roma» también se basa, al decir de las mejores autoridades, en invenciones posteriores que no se apoyan en ningún documento que conozcamos.

Este artículo se basa por completo en el de J.P. Kirsch en Catholic Encyclopedia y en el correspondiente del Butler-Guinea; Kirsch discute la identificación de De Rossi, pero yo la he dado por buena aquí basándome exclusivamente en que el Nuevo Martirologio Romano la admite, por lo que seguramente debe representar la postura más corriente en este momento, pero téngase presente que es el artículo de Kirsch y no mi breve resumen y comentario el que tiene autoridad de especialista. En todo caso vale la pena leer el artículo de Kirsch original, del que además hay una buena traducción castellana.
 

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