lunes, 6 de mayo de 2013

Ustedes darán testimonio

Juan 15, 26-16,4. Pascua. Todo cristiano está llamado a dar testimonio de fe, de amor y de santidad.
 
Ustedes darán testimonio
Del santo Evangelio según san Juan 15,26. 16,4


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio. Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho.

Oración introductoria

Creo en Ti, Señor, y te amo, por eso, parafraseando al Papa Francisco, «pido al Padre misericordioso que pueda vivir plenamente la fe que he recibido como un regalo en el día de mi bautismo para ser capaz de dar un testimonio alegre, libre y valiente de mi fe». (S.S. Francisco, 20 marzo de 2013).

Petición

Espíritu Santo, ayúdame a creer en Ti por los que no creen, a amarte por los que no te aman, y a confiar en Ti por los que no esperan en tu Palabra.

Meditación del Papa

Queridos amigos, cuando la oración alimenta nuestra vida espiritual nos volvemos capaces de conservar aquello que san Pablo llama "el misterio de la fe" en una conciencia pura. La oración como una forma de "acostumbrarse" a estar junto a Dios, crea hombres y mujeres animados no por el egoísmo, del deseo de poseer, de la sed de poder, sino de la gratuidad, del deseo de amar, de la sed por servir, es decir, animados por Dios; y solo así se puede llevar luz a la oscuridad del mundo. Quisiera concluir esta catequesis con el epílogo de la Carta a los Romanos. Con san Pablo, también nosotros damos gloria a Dios porque nos ha dicho todo acerca de sí en Jesucristo y nos ha dado al Consolador, el Espíritu de la verdad. San Pablo escribe al final de la Carta a los Romanos: "A Aquel que puede consolidarlos conforme al Evangelio mío y la predicación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por las Escrituras que lo predicen, por disposición del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe, a Dios, el único sabio, por Jesucristo, ¡a él la gloria por los siglos de los siglos! Amén". (Benedicto XVI, 20 de junio de 2012).

Reflexión

Para oír basta con no estar sordo. Para escuchar hacen falta muchas otras cosas: tener un alma despierta; abrirla para recibir al que, a través de sus palabras, entre en ti; ponerte en la misma longitud de onda que el que está conversando con nosotros; olvidarnos por un momento de nosotros mismos y de nuestros pensamientos para preocuparnos por la persona y los pensamientos del prójimo. ¡Todo un arte!

Este relacionarse, «ser social», es algo propio, natural de todo hombre. "La vida social no es, pues, para el hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación". (Gaudium et Spes, nn. 24-25)

El mensaje que Jesús nos propone hoy retumba fuertemente en el mundo actual. Nos promete que nos enviará al Consolador. Nos dice que daremos testimonio de Él. Y nos previene para que no nos escandalicemos: seremos perseguidos, calumniados, e incluso, muchos morirán en su nombre. Este es el resumen del cristianismo a lo largo de dos milenios.

Un Espíritu que sopla y conforta. Un testimonio único e invaluable de caridad cristiana. Un número incontable de mártires y defensores de la fe. Para un enfermo es la compañía sonriente la mejor de las medicinas. Para un anciano no hay ayuda como un rato de conversación sin prisas y un poco de comprensión. El indigente necesita más nuestro cariño que nuestra limosna. Para el parado es tan necesario sentirse persona trabajando como el sueldo por el trabajo que le pagarán. Y es que la esencia del cristianismo es la caridad. No hay tarea más hermosa que dedicarse a tender puentes hacia los hombres y hacia las cosas. Sobre todo en un tiempo en que abundan los constructores de barreras.

En un mundo de zanjas ¿qué mejor que dedicarse a la tarea de superarlas? Ser un cristiano auténtico que sabe acoger en su alma al Espíritu Santo. Que da testimonio de Cristo en todo el mundo. Que vive la caridad y acepta el dolor por el bien de la Iglesia y del Reino de Dios.

Diálogo con Cristo

Señor, todo cristiano está llamado a dar testimonio de fe, de amor y de santidad. Ojalá que quien se acerque a nosotros se quede marcado para siempre, no por nuestra personalidad o nuestras cualidades, sino porque somos reflejo del amor de Ti al hombre, a todo hombre. Que se diga de nosotros lo mismo que se decía sobre los primeros cristianos: «¡Mirad, cómo se aman!».

Propósito

Viviré con especial intensidad este día, ofreciendo todo para que el mensaje del Año de la fe llegue a más personas.

lunes 06 Mayo 2013
Lunes de la sexta semana de Pascua

 

Leer el comentario del Evangelio por
Santa Teresa Benedicta de la Cruz : “El Defensor que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad”
Lecturas
Hechos 16,11-15.

Nos embarcamos en Tróade y navegamos rumbo a la isla de Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis.
De allí pasamos a Filipos, una de las principales ciudades del distrito de Macedonia, con derechos de colonia romana. Nos detuvimos allí algunos días,
y el sábado salimos a las afueras de la ciudad, a orillas del río, donde era de suponer que los judíos se reunían para orar. Nos sentamos y empezamos a hablar con las mujeres que habían acudido.
Una de ellas se llamaba Lidia, y era de las que temen a Dios. Era vendedora de púrpura y natural de la ciudad de Tiatira. Mientras nos escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que aceptase las palabras de Pablo.
Recibió el bautismo junto con los de su familia, y luego nos suplicó: «Si ustedes piensan que mi fe en el Señor es sincera, vengan y qué dense en mi casa.» Y nos obligó a aceptar.

Salmo 149(148),1-2.3-4.5-6a.9b.

¡Aleluya!
Canten al Señor un canto nuevo: su alabanza en la asamblea de los santos.
Alégrese Israel de quien lo hizo, festejen a su rey, hijos de Sión.
Su nombre alaben en medio de danzas, el arpa y el tambor toquen para él.
Pues el Señor se siente bien con su pueblo, con su salvación reviste a los humildes.
De júbilo triunfante rebosan sus fieles, de sus esteras gritan de alegría;
en su garganta están los elogios de Dios y en su mano, la espada de dos filos,
para aplicarles la sentencia escrita: eso es un honor para todos los suyos.
 
Juan 15,26-27.16,1-4a.

Cuando venga el Protector que les enviaré desde el Padre, por ser él el Espíritu de verdad que procede del Padre, dará testimonio de mí.
Y ustedes también darán testimonio de mí, pues han estado conmigo desde el principio.
Les hablo de todo esto para que no se vayan a tam balear.
Serán expulsados de las comunidades judías; más aún, se acerca el tiempo en que cualquiera que los mate pensará que está sirviendo a Dios.
Y actuarán así porque no conocen ni al Padre ni a mí.
Se lo advierto de antemano para que, cuando llegue la hora, recuerden que se lo había dicho. No les hablé de esto al principio porque estaba con ustedes.

Extraído de la Biblia Latinoamericana.
 
Leer el comentario del Evangelio por
Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa
Poesías, Pentecostés 1937
“El Defensor que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad”
¿Quién eres, dulce luz que me inundas
alumbrando las tinieblas de mi corazón?
Tu mano me guía como una madre
Si me soltaras
ningún paso ya sabría dar.
Tú eres el espacio
que entraña en si todo mi ser y me ampara.
Lejos de ti me hundiría en el abismo de la nada
de la que me salvaste y levantaste a la luz.
Tú, más cerca de mí que yo misma
más interior que mi interior
y al mismo tiempo inaccesible,
más allá de todo nombre:
Espíritu Santo- Amor eterno.
¿Eres Espíritu de plenitud y de poder
con que el Cordero rompe los sellos
de los designios divinos? (Ap 5,7)
Enviados por Ti, los mensajeros del juicio,
van por el mundo con la espada afilada
para separar el reino de la luz
del reino de las tinieblas (Ap 6,2s).
Habrá un cielo nuevo y una tierra nueva (Ap 21,1),
y todo recobrará el lugar que le pertenece,
gracias a tu aliento:
Espíritu Santo – Poder victorioso!

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Treinta días de oración a la Reina del Cielo. A lo largo del mes de mayo, tengamos a María presente en nuestro corazón y en nuestros hogares, entregándole un ramo de Rosas de oración.


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